El VIII Maratón de Donación de Sangre no llega a igualar los buenos resultados del pasado año

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Su celebración en un lunes, un posible factor en la tibia respuesta de la ciudadanía, aventura el secretario provincial de la Hermandad

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Pablo Saiz de Quevedo · Ciudad Real Se intentó, pero no pudo ser: el VIII Maratón de Donación de Sangre, que aspiraba a igualar las doscientas donaciones conseguidas en el pasado año, se quedaba hoy por debajo de ese objetivo. Pese a la afluencia de donantes que podía observarse al final de la tarde en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento, se podía hablar de un “bajón importante” en el volumen de donaciones, en palabras de José Luis Romero Guerra, secretario provincial de la Hermandad de Donantes de Sangre. En concreto, media hora antes de la hora oficial de cierre apenas se había superado el centenar de donaciones

A la hora de buscar causas de esta situación, Romero Guerra aventuró que podía deberse a la fecha elegida para la ocasión: un lunes, en lugar de un miércoles o un jueves, como ha sido habitual en otras maratones de donación. La razón es que,la sala no estaba disponible más que hoy. Para el secretario general de los donantes, “la gente viene del fin de semana un poquito más cansada, sin ganas de hacer cosas”, a lo que se unirían las responsabilidades diarias del trabajo y de atender a los hijos que todavía van a clase.

Con todo, Romero Guerra quiso enfatizar que las aportaciones de los ciudadrealeños les estaban permitiendo cubrir expectativas de cara a reponer existencias en los bancos de sangre de la provincia y atender así las necesidades sanitarias de la provincia durante el verano que está a punto de comenzar.

Más de 40 profesionales

El VIII Maratón de Donación de Sangre fue en buena medida posible gracias al trabajo de más de 40 profesionales sanitarios entre médicos, enfermeras, auxiliares, hematólogos, técnicos de laboratorio y celadores, según subrayaba la directora del Centro de Transfusión del Hospital General Universitario de Ciudad Real, Elena Madrigal; su labor, añadía, era imprescindible para asegurar la máxima calidad en todas las donaciones, y para atender a cada donante de la manera más satisfactoria posible.

Madrigal explicaba asimismo que, aunque el centro de transfusión cuenta en la actualidad con mil unidades de sangre en stock, más que suficientes para atender la demanda de los centros sanitarios de la provincia, dicha reserva debe ser renovada cada cierto tiempo; la sangre, como todo material biológico, degenera con el tiempo, y es necesario reponer existencias.

Cada donación de sangre supone la extracción de 450 mililitros, que luego son analizados en el centro de transfusión para asegurarse de que cumplen las condiciones óptimas de uso en pacientes. Una vez dadas por válidas, se separan en tres elementos distintos: concentrado de hematíes (glóbulos rojos), plaquetas, y plasma, que son destinados a los pacientes y a los hospitales.