Un año más se cumplió con la tradición y la Virgen de Peñaroya fue trasladada a La Solana y recibida con afecto por sus fieles

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-V-peñarroya-Vivas del alcaldeLa Solana · Con tiempo auténticamente veraniego y calor en los fieles llegó un año más a La Solana la Patrona Virgen de Peñarroya, tras ser entregada el sábado por la Hermanad de Argamasilla de Alba a la cofradía de La Solana, en el Castillo de Peñarroya al que volvieron a desplazarse numerosos romeros.  En el marco de la plaza de armas del Castillo se celebraba el sábado el rezo del rosario y la celebración de la Eucaristía, mientras que en la madrugada del domingo se recorría  con el rezo del rosario el recinto aledaño al mismo, continuado con la celebración de la misa.

A la una del mediodía del domingo llegaba el cochecillo de la Virgen al altar de la Plaza de Toros. Como es habitual el alcalde Luis Díaz Cacho  lo abría y daba los vivas a la Virgen y al Chatillo, mientras la Banda Municipal interpretaba el Himno de La Solana, al que seguía el Himno a la Virgen de Peñarroya.

Posteriormente la Virgen era trasladada a la ermita del Humilladero, a través de unas calles repletas de público, acompañando muchos de los remolques que se habían desplazado a la Romería, la mayor parte de ellos engalanados con colchas en las zagas de los vehículos.

Por la noche la imagen, ya colocado en la carroza y con su manto de color azul y la corona real, era trasladada a la parroquia de Santa Catalina, con unas calles completamente llenas de público. Tras la cruz parroquial desfilaba la banda de la Agrupación Musical de San Sebastián, a la que seguían los numerosos abanderados que a lo largo del recorrido no cesan de bailar sus banderas en honor a la Virgen, una tradición que tiene segura su continuidad como se pudo comprobar en la noche del domingo con numerosos niños que ya bailan  pequeñas banderas.  

Cuando la imagen de la Virgen llegó a la altura del Convento de las  Monjas Dominicas y mientras la contemplaban desde las celosías, la Banda Municipal interpretaba la pieza “Encarnación Coronada”, sonando posteriormente las campanas del Monasterio.  

El capitán de la Virgen de este año, Gabriel Jaime, acompañaba a  la presidenta de la cofradía Gloria Uriel, así como a otros componentes de la directiva, desfilando la Virgen en su carroza adornada con numerosas flores naturales, dando guardia los tradicionales alabarderos. Detrás de la imagen marchaban los párrocos de la localidad, el alcalde Luis Díaz Cacho y concejales  de los grupos socialista y popular.

Una vez que la imagen de la Patrona llegó a Santa Catalina se cantaba primero la Salve y posteriormente, con el acompañamiento musical de la Banda Municipal, se interpretaba el Himno a la Patrona, con lo que se daban por finalizados los cultos de recibimiento.