Biscuters pasearon su historia automovilística por las calles criptanenses en su ‘Ruta de los Molinos’

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Campo de Criptana · Integrantes del Clàssic Motor Club del Bages llegaban hasta Campo de Criptana participando de la Ruta de los Molinos. Una iniciativa impulsada por el colectivo y con la que hacen viajes turísticos para conocer el patrimonio histórico-artístico español y en este caso de La Mancha. Una expedición que recababa en la localidad procedente de Barcelona y que a lomos de biscuters, antiguos coches de la década de los cincuenta del pasado siglo, paseó la historia automovilística de estas joyas por las calles criptanenses.

El alcalde, Antonio Lucas-Torres, acompañado de varios concejales del equipo de Gobierno recibió a los visitantes y les dio la bienvenida. Para el primer edil, visitas de ese tipo concedían “calidad a nuestro turismo ya que lejos de las típicas iniciativas, ofrecer alternativas tan curiosas como esta concentración de biscuters eran muy llamativas para los vecinos y visitantes”. De hecho, Lucas-Torres significó la importancia de esos automóviles los cuales formaron parte esencial de la historia de España por lo que “no podemos olvidar las raíces automovilísticas de nuestro país y que tanto bienestar económico trajeron en su momento”. 

Por su parte, el presidente del club, Ramón Pradas, afirmaba que tras iniciar hace unos años las visitas por España y fuera del país, en esta ocasión habían recabado en Castilla-La Mancha “por ser muy atractiva desde el punto de vista turístico”. Pradas significó la importancia del club, con más de veinticinco años de historia, y que es uno de los más numerosos del sur de  Europa ya que  cuenta con más de cinco mil quinientos socios, poniendo en valor la sección de Amics del Biscuter. Unos vehículos que causaron sensación en la década de los cincuenta y que tuvieron sus orígenes en Francia gracias a Gabriel Voisin quien luego vendería la patente a un ingeniero catalán que fabricó en cadena y puso los cimientos para las posteriores fábricas del 600. 

La expedición agradeció la acogida con varios obsequios al Ayuntamiento tales como una placa conmemorativa, un libro que recoge la historia del club o una reproducción en miniatura del biscúter, entre otras cosas. Y tras la foto de familia, los automovilistas se dirigieron hasta la Sierra de los Molinos donde fueron testigos de una molienda y conocieron más recursos turísticos de la localidad.