Lealtad a la dirección, cuando lo merece..

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Ángel LópezÁngel López Jiménez · El pasado viernes 20 de enero se celebró Comité Provincial del PSOE en Ciudad Real, en el que las intervenciones críticas fueron mayoritarias en relación a la situación interna del Partido. Nunca antes se había tenido que montar una Gestora Federal por las razones que en esta ocasión.

Los dirigentes provinciales, faltos de reflejo, intentaron celebrar un Comité de trámite y atrincherados en el “aquí lo hacemos muy bien, ocupándonos sólo de la gestión institucional de la que somos responsables”, se quiso descafeinar el análisis de lo acontecido en las estructuras federales del Partido, que tanto nos afecta a todos.

Tres fueron los mensajes que nos quisieron inocular en vena: unidad, lealtad a los dirigentes y exigencia de que las críticas se hagan en el interior de los órganos del Partido. Seguramente todo ello con la intención de correr un estúpido velo para que el tiempo apacigüe la actual tormenta. Pero la” hoguera de las vanidades” en la que se consume hoy el PSOE, según las encuestas, no puede hacer olvidar las causas y protagonistas directos o indirectos de este fuego. La indignación que muchos sufrimos no puede olvidarse, tal vez disminuya su actualidad pero se archivará en nuestra memoria y en nuestra historia.

La unidad del PSOE debe cimentarse sobre el debate, sobre las decisiones democráticas, sobre el respeto a la mayoría de los militantes. El debate enriquece a los Partidos; los pactos en los despachos, y no digamos las conspiraciones (“la autoridad soy yo”), crean recelos, incertidumbres, desmovilización. No puede pedirse que sean siempre los afiliados y los votantes los que comprendan a los dirigentes. Ahora, dice Pathi López, que: “la abstención en la investidura fue un error”. Ahora, con un cinismo difícil de esconder, salen dirigentes en los telediarios predicando la unidad, cuando han sido parte fundamental del problema.

El mensaje que más risa me provocó fue el de “lealtad al dirigente”, probablemente olvidando que la lealtad debe ser una calle de dos vías, hacia arriba y hacia abajo .Lealtad a los dirigentes en la misma medida que lealtad de éstos a los militantes. Los que han provocado la hoguera han sido unos cuantos dirigentes obsesionados en cargarse al líder o Secretario General Federal, elegido por la militancia democráticamente. Cuando se altera la legalidad se inocula la rebelión. Me quedo con el pensamiento de Mark Twain “La lealtad al país siempre. La lealtad al gobierno cuando se lo merece”. Por tanto, lealtad a los dirigentes sí, cuando se lo merezcan.

Por último, la crítica también puede hacerse desde la lealtad. Desde el interior o desde el exterior del Partido .Los ciudadanos en general, y los votantes socialistas en particular, deben saber que algunos opinamos que hemos perdido su confianza porque aparecemos sin relato, por trasladar a los medios de comunicación que había que cargarse al líder como fuese, por parecer huir de una izquierda que nos come el terreno y por refugiarnos en acuerdos con la derecha por parecer útiles al sistema, para aquellos ciudadanos que hablan, ejecutan y dominan. El PSOE debe ofrecer a los ciudadanos una oposición real que suscite alternativas de gobierno, sirviendo a aquellos españoles más débiles que escuchan, sufren y son engañados por los oligopolios de ese sistema.

Decía M. Soares que “La política es la definición ideológica de un espacio de convivencia”, cuando falta esa convicción ideológica aparecemos sin credibilidad y, de ahí, nuestro derrumbe electoral desde hace unos años. No nos podemos entretener en “luchas de poder”, sino renovar el PSOE involucrando a la gente normal y, en primer lugar, a sus militantes.