CSI·F denuncia que TRAGSA ya ha despedido a la mitad de los 1.336 trabajadores afectados por el ERE

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Redacción · El sindicato CSI·F denuncia que la empresa pública Tragsa ya ha materializado casi la mitad de los 1.336 despidos previstos en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se empezó a aplicar el pasado día 1 y que el grueso de los despidos se hace sobre trabajadores de entre 40 y 50 años, con una media de 20 años en la empresa y que se están enterando del despido por el ingreso del finiquito en el banco, sin que se les haya  notificado  nada por escrito o verbalmente, lo que para CSI·F refleja la falta de consideración de esta empresa pública.

CSI·F ha solicitado al Gobierno en funciones una medida de gracia para frenar estos despidos y también lo va a pedir a los nuevos  grupos parlamentarios de las Cortes y por su parte, los trabajadores de la empresa Tragsatec, del grupo Tragsa, realizaron ayer una nueva jornada de huelga en protesta por su situación, y anuncian más paros para los días 26 de enero y 3 de febrero.

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Tal y como ha manifestado la compañía, Tragsa no tiene un problema con el número de trabajadores en plantilla, sino con su coste y por ello y aprovechándose de la actual reforma laboral, pretenden cambiar puestos de trabajo fijos por eventuales y precarios, llevando a cabo, previsiblemente, nuevas contrataciones de trabajadores recientemente despedidos.

Por otra parte, el Tribunal Supremo deliberará próximamente sobre la procedencia de la ultraactividad del convenio colectivo de Tragsa, después de que la Audiencia Nacional diera la razón a los trabajadores, frente a las pretensiones de la empresa de revisarlo a la baja. Se da la circunstancia de que Tragsa utilizó la revisión del convenio como medida de presión para que los trabajadores aceptaran un nuevo convenio a cambio de reducir el número de despidos.

La empresa gana dinero

CSI·F reclama al Gobierno, responsable de la empresa, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales-SEPI, un cambio de proceder, ya que teniendo en cuenta que la actual situación económica de la empresa refleja una previsión de beneficios de 2 millones de euros en 2015 y un incremento de la producción del 63% respecto al año pasado (660 millones de euros), ya que las circunstancias económicas que motivaron el ERE han cambiado de manera sustancial respecto a 2013, cuando se registraban pérdidas.

Tal y como ha manifestado la compañía, Tragsa no tiene un problema con el número de trabajadores en plantilla, sino con su coste y por ello y aprovechándose de la actual reforma laboral, pretenden cambiar puestos de trabajo fijos por eventuales y precarios, llevando a cabo, previsiblemente, nuevas contrataciones de trabajadores recientemente despedidos.

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