Roberto García-Minguillán de Gregorio – Almadén (Ciudad Real) · La primera oreja de la tarde la conquistó Juan José Padilla en su primero, tras cuajar una laboriosa labor, ante un deslucido ejemplar de Guadalest, donde a base de llevarlo muy tapado, consiguió momentos de gran brillantez. Estocada y dos orejas a la buchaca.
El Cordobés poco pudo hacer en su primero, manso y desfondado de Guadalest. Saludó una cariñosa ovación.
Faenón de Lagartijo en su primera intervenció , que plasmó para el recuerdo una inolvidable faena a un buen novillo de Guadalest; noble y repetidor, donde hubo pasajes de toreo con un temple sin igual. En una fases de faena, de puro estilo “Joselitista”, con la figura relajada, hombros descolgados, abandono de su cuerpo; y siempre en torero. Y otras donde quiso asemejarse a la tauromaquia de “El Juli”, donde alargó muchísimo el muletazo, mandón mano baja, con gusto, cadencia, pero eso sí, siempre con un sabor especial. Orgullosos deben de sentirse los cordobeses, tienen un torero que promete. Remató su faena con unos parsimoniosos estatuarios. Enterró el acero al segundo intento y paseó dos orejas de ley por el precioso y coqueto coso hexagonal de Almadén.
Poco pudo hacer “El Cordobés” en su segundo, con un toro aquerenciado y reservón. Aún así, no perdió la esperanza el torero, que lo intentó, para agrado de sus muchos seguidores.
Padilla salió a darlo todo en el quinto, con una larga cambiada y más tarde, saludar con un ramillete de verónicas, y rematadas de chicuelinas, muy jaleadas por el público. Banderilleó con vistosidad y acierto, aunque el primer par quedó algo trasero. El de Guadalest, algo bronco y de embestida desigual, no le puso las cosas excesivamente fácil al Jerezano, que se tuvo que emplear con él, en una faena de altibajos, pero con la entrega cómo máximo exponente. A pesar de ser desarmado en varias ocasiones, consiguió momentos buenos por el pitón izquierdo, con el que consiguió conducir la embestida del burel, con templanza y ligazón. Mató de manera certera, y a sus manos fueron a parar las dos orejas, ante una plaza entregada a su labor.
Cerró de nuevo el novillero “Lagartijo”, al que le tocó lidiar un animal de “La Quinta”, puro encaste Santa Coloma. Buen nivel del novillero, que volvió a demostrar sus credenciales y las buenas maneras que atesora, mucha calidad, capacidad y tesonería, fueron las principales virtudes con las que “Lagartijo” hizo suya la tarde. Sumó otra oreja del sexto, compartiendo así mismo premio y la puerta grande junto a Padilla, en el bonito, coqueto e histórico coso hexagonal de Almadén.
