Los patios de la Diputación de Ciudad Real han acogido esta mañana la primera conmemoración institucional en memoria y recuerdo de los vecinos y vecinas de la provincia que perdieron la vida durante la represión franquista, un homenaje que el presidente de la institución provincial, José Manuel Caballero, ha dicho que han concebido como “un acto de justicia y dignidad” para con las víctimas y sus familias.
Pero ha querido dejar claro que homenajear y recuperar la memoria de los que sufrieron humillaciones, persecución, tortura y muerte, no es abrir heridas, es cicatrizarlas, “porque el mejor cicatrizante, es la justicia y el reconocimiento de la dignidad de aquellos a los que pretendieron arrebatársela, con la seguridad de que jamás lo consiguieron”.
Caballero ha recordado que la democracia se cimentó en España con un texto constitucional que nació del diálogo, de la renuncia a las posiciones propias y de la decisión de perdonar. Ha matizado, no obstante, que, sobre todo, “perdonaron más los familiares de quienes sufrieron 40 años de represión y pagaron con su vida su compromiso contra la dictadura franquista, en defensa de las libertades y los derechos fundamentales que hoy disfrutamos”.
Ha añadido que como presidente de la Diputación reconoció hace tiempo que la gestión estaba incompleta, que no podían mirar hacia otro lado ante una causa justa, “que no debíamos ignorar una demanda latente de una parte importante de nuestra sociedad, que no estaba siendo atendida por la Administración del Estado, a pesar de que les corresponde en primer lugar al existir la mencionada ley que les obliga y que está vigente desde 2007”.
Por eso -ha dicho- que decidió poner en marcha un programa de recuperación de la memoria democrática de la provincia de Ciudad Real, con el ánimo de hacerlo con rigor científico y académico, “apartándonos de cualquier interés partidista, dejando a un lado nuestras propias convicciones ideológicas, nuestras motivaciones personales y nuestras vivencias familiares”.
Caballero ha explicado que entendieron que había tarea para encomendar a investigadores, historiadores y antropólogos, que se necesitaba un trabajo multidisciplinar de profesionales con experiencia, reconocimiento y credibilidad en este campo. De ahí que buscaran la colaboración de los profesores de la UCLM e impulsaran el convenio con el Centro de Estudios de Memoria y Derechos Humanos (CIEMEDH) perteneciente a la UNED, motivo por el que ha agradecido la presencia de su rector, Alejandro Tiana, aunque su primer saludo ha sido para los familiares de las víctimas.
El presidente de la Diputación ha indicado, asimismo, que el proyecto “Mapas de Memoria” no acaba hoy con la entrega del estudio que reconoce a 3887 víctimas, de las que 85 son mujeres -precisamente ayer sumaron otra más, una socuellamina que estaba en prisión y fue traslada al hospital de Tomelloso-, sino que a partir de ahora los investigadores que colaboran en este proyecto de recuperación de la memoria democrática de la provincia, seguirán contando con la colaboración institucional y económica de la Diputación provincial.
Por otro lado, ha querido dejar claro que en todo este proceso y en el acto institucional de hoy no se trata de ir “contra nadie”, pero sí de ir de la mano con aquellos que defendieron los valores que han permitido que en la actualidad haya hombres y mujeres gobernando las instituciones para mejorar la vida de la gente.
Y ha afirmado que han querido recuperar la memoria desde el convencimiento de que recordar a los que sufrieron un padecimiento injusto es la mejor manera de asentar un futuro de convivencia de paz y libertad. “Somos porque tenemos memoria. Cada uno de estos 3887 hombres y mujeres, tienen derecho a su memoria, a ser recordados por lo que verdaderamente eran y no por lo que les acusó y condenó un régimen ilegitimo y criminal”. Así fue condenado por unanimidad por el Congreso de los Diputados el 20 de noviembre de 2002, según ha remarcado.
El presidente de la Diputación ha referido, asimismo, que el régimen franquista se cebó reprimiendo y violando los derechos humanos, especialmente de los trabajadores y trabajadoras, de las gentes de la cultura y la educación, y de los afiliados de las organizaciones políticas y sindicales que les representaban.
El texto íntegro de la intervención del presidente de la Diputación en el acto-homenaje a los que sufrieron la represión franquista en la provincia de Ciudad Real sigue a continuación:
Les saludo a todos con el respeto que merecen sus responsabilidades institucionales y profesionales. Pero permítanme, que tenga un saludo especial, lleno de afecto y consideración para los familiares de las víctimas de la represión franquista que hoy nos acompañan en este acto institucional que concebimos como un acto de justicia y dignidad.
A todos ustedes les doy la bienvenida al Palacio de la Diputación, que se ha vestido con sus mejores galas para recibirles en un acto tan importante como este, en un día, que aún con las emociones a flor de piel y las lagrimas en los ojos, es un día feliz. Les puedo asegurar que para mí es el más feliz desde que tomé posesión como Presidente de la Institución.
Han tenido que pasar cuatro décadas después de aprobarse la Constitución Española, cuando en nuestra provincia, desde una institución democrática, procedemos al reconocimiento moral de los hombres y mujeres, que a pesar de las adversidades, defendieron los mismos valores de libertad, justicia y pluralismo político que hoy son fundamento de nuestra convivencia.
Hace unas pocas semanas, en concreto el pasado 5 de diciembre, celebramos en este mismo lugar el 39 aniversario de nuestra Carta Magna. Es una obra de la que todos los españoles debemos sentirnos especialmente orgullosos; constituyó el punto de partida de nuestra democracia.
Afirmé entonces, en ese acto, que la Constitución nació del dialogo, del acuerdo y de la renuncia a las propias posiciones, nació en definitiva de una interpretación integradora de los deseos, los valores y las esperanzas de todos los españoles.
Hoy quiero añadir, que en 1978 los españoles, además de renunciar, también decidimos perdonar, pero que sobre todo perdonaron más, los familiares de quienes sufrieron 40 años de represión y pagaron con su vida su compromiso contra la dictadura franquista, en defensa de las libertades y los derechos fundamentales de los que hoy disfrutamos.
Pero perdonar, no significa olvidar. Por eso, desde las Instituciones representativas del Estado democrático, como la Diputación Provincial, tenemos el deber de condenar la injusticia a la que se sometió a tantos hombres y mujeres, que sufrieron las consecuencias más tremendas de un gobierno impuesto por la fuerza.
Como españoles, como demócratas, tenemos una deuda de gratitud con estos hombres y estas mujeres, y con vosotros, sus familias. No les podemos devolver la vida, ni tan siquiera les devolvieron los bienes personales que les arrebataron, pero sí que podemos recuperar su memoria, su dignidad y su honor, a la vez que proclamar la ilegitimidad de las condenas que les fueron impuestas.
Como Presidente de esta Diputación Provincial, tan reconocida por tantas cosas ahora y antes, hace algún tiempo que asumí que nuestra gestión estaba incompleta, que no podíamos mirar para otro lado ante una causa justa, que no debíamos ignorar una demanda latente de una parte importante de nuestra sociedad, que además no estaba siendo atendida por la Administración del Estado, a pesar de que les corresponde en primer lugar al existir la mencionada ley que les obliga y que está vigente desde 2007.
Por eso decidí que teníamos que dejar de ser espectadores y pasar a la acción. Por eso pusimos en marcha este programa de recuperación de la memoria democrática de la provincia de Ciudad Real, con el ánimo de hacerlo con rigor científico y académico, apartándonos de cualquier interés partidista, dejando a un lado nuestras propias convicciones ideológicas, nuestras motivaciones personales y nuestras vivencias familiares, que como pueden imaginar, algunos las tenemos.
Entendimos que esta tarea había que encomendársela a investigadores, historiadores, antropólogo, forenses, que necesitábamos de un trabajo multidisciplinar de profesionales con experiencia, reconocimiento y credibilidad en este campo. De ahí que buscáramos la colaboración de los profesores de la UCLM e impulsáramos el convenio con el Centro de Estudios de Memoria y Derechos Humanos (CIEMEDH) perteneciente a la UNED.
Aprovecho en este punto para dar las gracias a D. Alejandro Tiana, Rector de la UNED por su presencia en este acto y por su disposición desde el primer momento a colaborar en este trabajo.
Agradecimiento que hago extensivo a todos los investigadores y estudiosos que han participado de una manera u otra, en el trabajo desarrollado: Julián, Jorge, Alfonso, María, Tomás, Isabel, Pilar, Luis a Paco y Esmeralda, así como al Vicepresidente responsable de este programa, David Triguero y a los funcionarios de la casa, Alfonso y Conchi, que participan en la comisión creada al efecto.
El trabajo de todos ellos no acaba en el día de hoy con la entrega del estudio, que como se ha dicho, recoge los nombres de las 85 mujeres y los 3802 hombres, vecinos de los distintos pueblos y ciudades de nuestra provincia, que se ha verificado que sufrieron la represión franquista con resultado de muerte.
A partir de ahora, los investigadores que colaboran en este proyecto de recuperación de la memoria democrática de la provincia, seguirán contando con la colaboración institucional y económica de la Diputación Provincial, por suerte tenemos una Institución muy saneada que actúan en muy diversos ámbitos y para este fin tampoco van a faltar recursos. Así, seguiremos actualizando con nuevos datos y nuevos nombres este estudio, al tiempo que investigando la localización de las fosas en las que están enterrados muchos de los que ahí aparecen.
Ahora también evaluaremos la posibilidad de actuar sobre estas fosas si así lo nos lo solicitan los familiares y si las condiciones de conservación de los restos lo permiten. En todo caso, la dignificación de las fosas que no se puedan exhumar, es un compromiso al que no vamos a renunciar.
Al mismo tiempo, queremos señalizar edificios, lugares y espacios importantes para la recuperación de la memoria democrática de la provincia, para su difusión al conjunto de la población y de manera especial entre los más jóvenes. Parafraseando a Luis Cernuda en su poema titulado 1936, “Recuérdalo tú y recuérdalo a otros”, queremos que estos hechos tan tristes de la historia de España, no se vuelvan a repetir, y para ello, para no repetir la historia, lo mejor es conocerla.
Permítanme que reitere hoy aquí, lo que he venido diciendo desde el primer momento que tomamos la decisión de poner en marcha este programa: no vamos contra nadie, pero si vamos con aquellos que defendieron los valores democráticos que han permitido que hombres como yo, y como ustedes Sres. Alcaldes y alcaldesas, podamos sentarnos hoy aquí y gobernar instituciones democráticas que mejoran la vida de la gente.
Recuperar la memoria de los que sufrieron un padecimiento injusto es la forma más firme de asentar nuestro futuro de convivencia en paz y en libertad. Somos porque tenemos memoria. Cada uno de estos 3.887 hombres y mujeres, tienen derecho a su memoria, a ser recordados por lo que verdaderamente fueron y no por lo que les acusó y condenó un régimen ilegitimo y criminal. Como tal fue condenado por unanimidad por el Congreso de los Diputados el 20 de noviembre de 2002.
Un régimen que se cebó reprimiendo y violando los derechos humanos, especialmente de los trabajadores y trabajadoras, de las gentes de la cultura y la educación, y de los afiliados de las organizaciones políticas y sindicales de entonces.
Se les aplicaron sentencias de muerte, desapariciones forzadas, cárcel, campos de concentración, multas, incautación de bienes, se les persiguió laboral y profesionalmente, se les depuró, se les privó en definitiva de los derechos más elementales.
Frente a lo que algunos afirman, homenajear y recuperar la memoria de los que sufrieron humillaciones, persecución, tortura y muerte, no es abrir heridas, es cicatrizarlas, porque el mejor cicatrizante es la justicia y el reconocimiento de la dignidad de aquellos a los que pretendieron arrebatársela y nunca lo consiguieron.
Termino ya, dando las gracias de nuevo a todos los familiares presentes, con un recuerdo especial para todos aquellos que ya no están, que lamentablemente nos dejaron esperando que llegara este día en el que las instituciones democráticas de su País honraran a los suyos.
Y termino dándoles las gracias y humildemente también, si me lo permiten, como Presidente de la Diputación, lamentando que las instituciones democráticas de la provincia, hayamos tardado 40 años en proclamar públicamente desde un edificio oficial como es este Palacio de la Diputación, en un acto institucional del que hemos dado cuenta al Pleno de la Corporación, presidiendo este acto el escudo constitucional y un ejemplar de nuestra Carta Magna, junto a las banderas oficiales de nuestro Estado, quiero proclamar que sentimos un enorme orgullo de todos estos hombres y mujeres y que su dolor no fue en balde, que su sacrificio y generosidad no se los llevo el viento.
Gracias a ellos y ellas, hoy podemos afirmar, que a pesar de las dificultades de cada día, hemos sido afortunados viviendo los mejores años de la historia de España.