La Asociación de los Pueblos más Bonitos de España presenta a Villanueva de los Infantes como propuesta para el Puente de Mayo

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Ante la proximidad del festivo nacional del 1 de mayo (y del 2 de mayo en la Comunidad de Madrid), muchos españoles aprovecharán para hacer una escapada, especialmente tras dejar atrás una Semana Santa con malas condiciones en gran parte de España.  Para estos días de descanso, la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España presenta una serie de propuestas que harán al viajero poder desconectar y descubrir, al mismo tiempo, las grandes joyas rurales que hay en el país.

Estos días, el turista puede aprovechar para realizar actividades deportivas o en contacto con la naturaleza, asistir a romerías, celebraciones populares o toda suerte de rutas gastronómicas en lugares de ensueño llenos de tradición, autenticidad y distinguidas por la amabilidad de sus gentes. La Asociación ya engloba a 68 municipios distribuidos por la geografía española.

 

El tradicional festival de Cruces y Mayos de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real)

Villanueva de los Infantes es el pueblo de los rincones secretos, con un envidiable conjunto arquitectónico de casas señoriales y plazas manchegas, que hizo a Cervantes mencionarlas repetidas veces en El Quijote de la Mancha. A finales de abril y principios de mayo, este municipio de cuento celebra dos festividades que ya son parte intrínseca de su bagaje cultural y de sus tradiciones. El 30 de abril se recupera una tradición prácticamente desaparecida: cantar los mayos y el 3 de mayo, el municipio celebra la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, donde se hace un culto a la vegetación a base de ramas y flores. Dos fiestas de gran significado popular que son tratadas con gran devoción por sus gentes.

El turista podrá vivir en plena persona la magia que ofrece el municipio durante esas fechas, visitando iglesias que normalmente tienen acceso restringido y escogiendo el mejor puñao (aperitivo dulce o salado), el mejor ponche y el mejor monumento a la cruz creado por los participantes locales. Una fiesta en la que se pasea por el pueblo a la luz de las hogueras que alumbran los principales monumentos y que permite vivir el encanto de las rondallas, cantos bajo los balcones de las enamoradas.