La localidad de Argamasilla de Calatrava puede presumir de contar con su propia `Generación´, no la del 27 de Pedro Salinas o Dámaso Alonso, sino la `Generación del 73´

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Foto de familia del Grupo Joven en su visita al ayuntamiento de Argamasilla de CalatravaOretania · `El Grupo Joven´, que así se llamaba en realidad, está celebrando el 45 aniversario de su creación a principios de la década de los 70. Sus integrantes, alrededor de medio centenar de jóvenes de la localidad, inmersos en todo tipo de actividades culturales, pretendían revolucionar el panorama social de Argamasilla de Calatrava, y lo consiguieron.

Gracias a ellos, la localidad experimentó un avance en la realización de todo tipo de actividades, como ha reconocido la propia alcaldesa, Jacinta Monroy, quien recordaba durante el acto de recibimiento a sus miembros en la celebración de este aniversario, cómo el Grupo Joven fue capaz de alzar la voz y de celebrar actos que ilusionaban y hacían disfrutar al resto de la población, en el marco de los últimos años del franquismo.

La cuestión es que para la sociedad rabanera, la existencia del Grupo Joven supuso un torrente de citas teatrales, rincones poéticos, no exentos de “controversia” teniendo en cuenta que algunos de los poemas estaban censurados y había que pedir permiso a la Guardia Civil para su presentación, cabagaltas de reyes amenizadas y engrandecidas, y carrozas espectaculares, que no fueron indiferentes ni en la celebración del Día de la Provincia, cuando cosecharon algún que otro premio.

Sin embargo, para todos sus componentes, el Grupo Joven significaba algo más que esa exposición ante los habitantes de su pueblo, “era amor, amistad y afecto, haber vivido aquellos años fue hacernos una alforja que nos ha permitido seguir avanzando por el camino del amor”, dice Manuel Muñoz, uno de sus miembros, quien, durante el importante acto de aniversario, lo reflejaba todo este poema:

Aquel grupo joven

Supimos de la belleza esculpida en los sueños

de la amistad cincelada en el ámbar del alma.

Aprendimos del sabor de la sal tras la calma

que dejan las lágrimas por rotos empeños

por frustrados anhelos de quiebros pequeños.

Amamos el amor en la idea, alzado en la palma:

nubes de niebla de cáñamo oculto en la jalma

de la desbocada imaginación que en beleño

descansa y salva de la vida trituradora

que anula y quiebra amores, cariños y afectos.

Ahí tenemos juventud ancla salvadora:

elixir para la mente que mantiene el efecto

perpetuo, acunando canas, conservadoras

pupilas intensas vertiendo el amor perfecto.

Tanto así, que como expresaba Manuel, todo el tiempo que pasaba con sus compañeros y amigos se hacía poco; fue una auténtica hermandad de jóvenes adolescentes, “que empezaba a recorrer un camino con baches (…) pero ante todo el camino de la amistad y del amor, más hermoso que pueda atravesar cualquier ser humano”.

En el homenaje, junto a Manuel, una treintena de antiguos compañeros y amigos, se reencontraban entre abrazos, recuerdos e ilusión, uno de ellos, Ataulfo Solís, tomaba el relevo en la segunda de las intervenciones de la jornada.

Para Solís, la puesta en marcha del Grupo Joven fue reconocer que todos los jóvenes de Argamasilla caminaban en paralelo, con las mismas convicciones, los mismos objetivos y las mismas aspiraciones, pues hasta entonces, como él explicaba, la relación de unos con otros no terminaba de encontrarse, y se reducía a unos fríos adiós o hasta luego; y así el Grupo Joven fue “el punto de encuentro, de lucha, de generosidad, de compromiso, de enfados y desenfados, de trabajar para los demás y de querernos”.

“Vida, alegría, inquietudes, frescura, auténticos, transparentes, fuertes, dinámicos, serenos, inteligentes y….ante todo jóvenes”, así definía al grupo José Antonio Castro, el tercero y último de los `Jóvenes´ en coger la palabra durante el acto. Sus recuerdos lo transportaban a ese atardecer de Septiembre en el que regresaba al pueblo tras haber ejercido de sacerdote durante tres años en unas aldeas de Sierra Morena, y descubría en las calles de Argamasilla la juventud, la generosidad y el cariño de tantos y tantas compañeros y compañeras, “me estalló la vida en el pecho y vosotros me abristeis un nuevo horizonte que ha ido creciendo estos cuarenta y cinco años”, afirmaba José Antonio para terminar.

Así se daban tres versiones distintas de cómo surgió la chispa del Grupo Joven, pero todas reconocedoras del valor de la amistad y del enorme cariño con el que casi medio siglo después, se seguía recordando aquella formación, en definitiva libre, (dentro de la libertad que pudiera haber en aquellos días), pues nunca hubo estatutos, ni presidencias, y nunca se perteneció a ninguna institución (ni religiosas, ni políticas), fue una unión motivada por las ganas de vivir y de proporcionar de manera altruista actividades y dinamismo al pueblo que querían.

Y ese ánimo ha sobrevivido al paso del tiempo, a pesar de los cambios físicos, Manuel Muñoz ya avisaba de que “las almas son indestructibles”, de que tantos años después pueden volver a reunirse para celebrar la perseverancia del amor y la amistad.

Cargados con una maleta y un baúl plenos de vida, los jóvenes de esta `Generación del 73´ de Argamasilla disfrutaban orgullosos de un videorama con imágenes de las actividades de las que fueron propulsores; todas en blanco y negro, pero tan llenas de vida y movimiento que volvían a hacer resurgir las emociones de un Grupo Joven, que siempre, lo ha seguido siendo.

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