‘Archivo Foto Histórico Oretania’ (22 de diciembre de 2009 y 24 de abril de 2013) Inauguración de la muestra fotográfica y presentación del libro ‘Fiestas y Celebraciones rabaneras’

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Julio Criado

Del ‘Archivo Foto Histórico Oretania’ de Argamasilla de Calatrava, hemos seleccionado estas dos imágenes una del miércoles 22 de diciembre de 2009 y otra del jueves 24 de abril de 2013, la del año 2009 se trata de la inauguración de la exposición fotográfica ‘Las Fiestas y Celebraciones rabaneras’ del programa ‘Los legados de la tierra’, que estuvo a cargo de la entonces delegada provincial de la Consejería de Cultura, Turismo y Artesanía, Carmen Teresa Olmedo, del alcalde la localidad Fernando Calso y de la concejala de Cultura, Rosa Belén Escobar. La imagen del año 2013 trata de la presentación del libro ‘Fiestas y Celebraciones rabaneras’, presentado por el poeta y periodista rabanero, Manuel Muñoz, quien compartió mesa con la alcaldesa de Argamasilla de Calatrava, Jacinta Monroy Torrico, quien estuvo acompañada por la concejala de Cultura Isabel Bellón y la responsable de la biblioteca municipal, Antonia Huertas.

Exposición fotográfica

“Los recuerdos son la esencia de la vida”. Así resumía en la tarde del 22 de diciembre de 2009, Fernando Calso, alcalde de Argamasilla de Calatrava, la exposición fotográfica sobre las fiestas y celebraciones rabaneras ‘Los legados de la tierra’. Una muestra que se inauguraba en el Salón de Actos del Consistorio rabanero con la presencia del propio regidor, la delegada provincial de la Consejería de Cultura, Turismo y Artesanía, Carmen Teresa Olmedo, y la concejala de Cultura de la localidad, Rosa Belén Escobar, y que permaneció expuesta hasta el próximo 29 de enero de 2010.

La exposición fotográfica sobre las fiestas y celebraciones rabaneras ‘Los legados de la tierra’ constaba de 44 instantáneas en color y blanco y negro proporcionadas por los propios vecinos de Argamasilla de Calatrava y suponía la punta del iceberg del libro que se publicaría en el año 2013, con más de 300 fotografías.

Durante el acto de inauguración, al que acudieron numerosos vecinos de este municipio ciudadrealeño, la delegada provincial de Cultura, Turismo y Artesanía felicitó al Ayuntamiento de Argamasilla de Calatrava por esta iniciativa subvencionada por el Gobierno regional y que supone “recopilar la historia viva de esta localidad”.

En este sentido, Carmen Teresa Olmedo destacó el hecho de que el libro que se publicaría más adelante sea el tercero de estas características. Por su parte, el primer edil rabanero hizo hincapié en lo que supone rescatar los recuerdos. Para Fernando Calso, tanto la muestra que era inaugurada como el libro que vería la luz servirá para “rescatar nuestra alegría para demostrarnos y demostrar a futuras generaciones que también sabíamos reír, que también sabíamos divertirnos y que también llenaban nuestros días y los de nuestros mayores las flores de la sonrisa, las madreselvas de la convivencia rica en complicidades y en abiertas carcajadas del humor socarrón al que tanto somos adictos”.

Presentación del libro

En cuanto a la ya anunciada edición del libro, esta estuvo a cargo del Grupo Oretania, quien realizó todos los trabajos de escaneo de imágenes, diseño y montaje de páginas y la Imprenta Provincial fue la encargada de la impresión.

La presentación tuvo lugar en el año 2013, siendo alcaldesa de la localidad, Jacinta Monroy Torrico, la presentación estuvo a cargo del por el poeta y periodista rabanero, Manuel Muñoz y en ella participaron además del poeta y de la alcaldesa, la concejala de Cultura Isabel Bellón y la responsable de la biblioteca municipal, Antonia Huertas. Dicha presentación tuvo lugar dentro de los actos organizados con motivo del Día del Libro.

A continuación, transcribimos íntegramente el discurso de presentación de Manuel Muñoz:

“Es el libro donde caben todas las lecturas. Se puede ir desde las risas a las lágrimas, desde las sonrisas a la profunda curiosidad, desde el análisis a la ironía, desde la emoción al dolor. En él caben todas las visiones: esta es la mía, y lo hago desde la más sincera humildad.

Como periodista amo las noticias que traen buenas nuevas y donde los protagonistas son las gentes sencillas, la gente corriente que llena de calor y color las calles, se funden con el paisaje y hace que uno desee volver siempre al lugar donde nació. (Claro, esto no hace vender periódicos)

Y, sí, hace necesarios, muy necesarios, los libros como el que hoy se presenta

Otra mirada

Es un acto de justicia la publicación de “las celebraciones rabaneras’ puesto que inclina la balanza a favor de los verdaderos hacedores de la historia: los vecinos de esta hermosa villa de Argamasilla de Calatrava. Se hace justicia a favor de Dionisia, María Jesús, Adela, Maruja, Conchi, Josefina Antonia, Paco, Agustín, Juan Antonio, Nicasio, Enrique, Agustina, Angelita, Socorro, Eusebio, Rafael, Lorenzo, Rosi, Juani, Toñi, Lola, Use, Antonio, Godo, Cartucho Zarco, Gerardo, Muñiz… Así, hasta cientos. Con su sonrisa nos introducen en las aceras de antaño, de los veladores con mesas antiguas, de bares ya desaparecidos.  Nos hablan de devoción y de promesas. De bailes asidos al recuerdo. De miradas cargadas de anhelos y sueños. Imágenes que vuelven a despertar melodías que hacen cosquillas en el alma. De la Patrona, guardiana de nuestras esperanzas, entre las arcadas de una ermita erguida entre la alameda donde nacieron amores y cuajaron besos, al amparo del anochecer. Nos hablan de bandas de música como madres de vino, de buenas cosechas, que dan solera a las actuales. Tardes de toros que traen otras convivencias, previas y posteriores; alegrías con calderetas de carne vacuna que son, como mejores, más sentidas por la memoria; en reuniones que aún transpiraban el pudor impuesto por una educación que separaba a mujeres y hombres. Cuadros de primavera, como siempre deben ser, para que los recuerdos no nos duelan por la ausencia de sus protagonistas; y esa mirada de San Isidro pidiendo siempre alegría. Fondos con los mulos, animales también actores de nuestra historia, que ayudaron a quitarnos años de hambre de encima. Prestancia en las posturas, valentía en el posado que hablan de vida, de soledades superadas, de amarguras vencidas, de dolores que han cuajado en heridas controladas por voluntades de hierro. Y el acordeón, llevando a Godo, por nuestros rincones de niño. Juventud, evaluada por nuestra mirada de hoy, que hace brotar lágrimas de orgullo, Y raíces, muchas raíces plagadas de venas, donde se reconoce la sangre que hoy circula por las nuestras. Amigas, amigos, primas, primos, tías, tíos, hermanas, hermanos, padres, abuelos o simplemente conocidos que se salen de la foto con un brindis que invita a seguir en nuestros caminos, a no desfallecer, a alzar la copa del tiempo para apurarlo en lo intenso. Y en las manos encallecidas, el botellín de la calatrava, la calabaza o la bota para que no se borre la imagen de los buenos utensilios, que no todo en la vida debía ser pico, azada, cazuela, puchero, piedra de lavar o arado. Hasta los olores se escapan entre los perfiles de blanco y negro que muestran primaveras y faldas a la de entonces, que traen esencias de enaguas.

No hay descaro en esos ojos que nos miran sentados alrededor de la sartén ya vacía; o sobre la hierba al lado del arroyo. nos piden, nos retan a que nos sacudamos el óxido de la usura, que en estos tiempos nos asfixia, y demos rienda suelta a nuestros indómitos deseos, que hoy no podemos ver cumplidos, pero que son los que enaltecen la vida.

Me identifico con el niño, serio, tomándose en serio lo que después pesa, sobre la parva con caballitos de juguete; esa imagen de la fiesta de San Isidro viene a decirme quién fui, quién era, quién soy y quién seré, antes de que el otoño venga a cerrar los agostos concluidos; venga a cerrarnos la boca, a quitarnos la palabra, a enterrar el aliento en las largas noches del invierno. En ella aspiro la luz que debe alentar nuestro pálpito de vida y nuestra rebeldía.

Como columnas de templos, con raíces sin tiempo en la memoria, así desfilan las imágenes entre contrastes de gises, serios de Semana Santa, cada uno con su cruz, y sus miedos y sus inquietudes, ayer y ahora igual que antaño con ‘tammuz’ y su pez y sus cuarenta días en “babilonia”, antes rogando por la clemencia del cielo con el campo, ahora, tal vez, en esos labios apretados, el rezo por el joven sin amparo del digno empleo. Así de recios se me vienen los hombres de la imagen. Aprendiendo a volar el día del Ángel, con la boina en lo más alto, ajustada y sin vuelo; encasquetada desde niño, cuando ya se era hombre para el trabajo.

Y la ‘peña escurriza’ como un amparo, corno un tótem de fiesta y alegría para centenares de generaciones; se queda para siempre en estas imágenes; para que no se olvide. Esas sonrisas no se creen que ahora esté encerrada tras las alambradas. Y no lo estará si conseguimos que los más jóvenes escuchen las histonas de la cueva del moro y de los moros y sus caballos bebiendo agua en el “reventón’.

No son ecos las imágenes de navidad, son voces las que nacen y las que me hablan de reencuentros, de abrazos y de risas que presagian ilusiones por regalos correspondidos.

Y las mujeres con las andas por lo hombros, adelantadas a los tiempos de las reivindicaciones, llenando de calor las frías fachadas de los barrios.

Y las cintas, mariposas de un día, que sumisas se dejan hendir por primeros ediles con vocación de servicio. Y el “pipirrana” que escapa, y en un baile imposible, te invita a una sopa junto a los vecinos del barrio de San Juan. Y “cantarranas”, domado el río, que decidió engalanarse con la belleza de sus reinas. O el Carmen, mostrándonos quién tiene el mango del futuro con las mujeres en su continuo quehacer, adornadas con los cariños de niños, Y San Antón, imprescindible para los nobles brutos, animales idealistas porque permiten que las manos humanas les ayuden en el campo.

Carnavales de libertad que sacan a la calle a la maestra Dolores para afirmar a las dueñas del mañana: jóvenes mujeres pintadas con sonrisas y sin el rímel del miedo en los ojos. Carnavales que se derraman en cascadas de protagonistas portadores de la alegría, que sólo da saberse controladores de sus días,

Y las celebraciones, donde todos son dioses, dioses de amor y de lágrimas, de dolores y alegrías, dioses enraizados con las idas y venidas del Tirteafuera, dioses hacedores de bodas y de especie que se alarga; dioses en su balcón cercano al cielo con su “Peña Escurriza”. Dioses que apiñan cumpleaños para hacer festivos los días sin santo ni patrón. Dioses productores de pasajeras glorias en los entornos de bailes con bandas generadoras de pasodobles y tangos. Dioses hoy que, a través de este libro, han dicho basta a ser los parias, los eternos perdedores o los excluidos de la historia. Dioses cargados de talento, sensibilidad, lucidez, sentido del humor, compasión, arrobas de compasión por los débiles y tendidas manos que incorporan al paso; dioses con voluntad firme, con honradez de acero transmitida de boca a boca durante siglos.

Y lo que hoy presentamos es mucho, aunque la muestra nos parezca pequeña.

Sé, por lo que he podido aprender o leer, cual es el origen primigenio de cada festividad o de cada fiesta y alguien me apuntó que podía dar cuenta de ese conocimiento hoy; pero, al abrir el libro, las imágenes me crecieron, me bailaron, me rodearon, me rieron, me lloraron, me saltaron, sonaron todas las canciones y todas las palabras de cada reunión, de cada anécdota. Se me subieron a la espalda y me mimaron con sus arrullos y supe que estas fiestas, que todas las fiestas, las inventaron ellos, que cada protagonista inventa su fiesta. Que cada ser humano que comparte su alegría o su tristeza con otro, crea su fiesta o su duelo. Hoy estos dioses atrapados en sus momentos e inmortalizados en estas páginas nos están dando la gran lección, acerquémonos a ellas con respeto, pero también con la profunda alegría de que nos están mostrando, en su mirada, el camino de lo bello: lo festivo, cuando dos o más unen sus cantos o sus risas, sus saltos alegrías, y los llantos escapados que, aveces, las mecen.

Manuel Muñoz ”

Aún se pueden adquirir ejemplares de este libro, aquí les dejo un enlace a la Tienda de los Libros:

http://www.elprovincial.es/bibliotecaoretana/fiestas-y-celebraciones-rabaneras-libro-de-segunda-mano/

Espero que les haya gustado.

Nota: Estas imágenes y este texto forman parte del libro “Apuntes Rabaneros”, en el que el Grupo Oretania está trabajando, con la colaboración del Archivo Foto Histórico Oretania y del que le seguiremos mostrando algunos detalles como el de hoy.