El Cristo de la Cueva ya está en el Museo de Etnología de Puertollano

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El pasado viernes, técnicos de los Museos municipales de Puertollano, se personaron en el domicilio del escritor e historiador José González Ortiz en Ciudad Real para retirar la escultura de un Sagrado Corazón de Jesús que este, ha donado al Museo Etnológico de Puertollano. Escultura conservada desde hace veinticinco años en su vivienda y que ahora forma parte del Museo de Etnología de la ciudad. Obra de valor cultural cedida para su integración al patrimonio artístico, etnológico y religioso de Puertollano. Imagen antigua de los siglos XIX/XX, que posee igualmente un interés pedagógico, didáctico y lógicamente espiritual… sentimental.

El Sagrado Corazón de Jesús o “Cristo de la cueva”, fue hallado casualmente en el derribo de una antigua casa de la calle de la Estrella de Ciudad Real en 1998. Se descubrió en una cueva de dicha vivienda donde la pala excavadora que hacía la demolición, milagrosamente se quedó a escasos centímetros de la escultura cuando procedía al arrasamiento de la casa. Se hallaba en el subsuelo, en lo que era la cueva o sótano de la vivienda. Estaba partida cerca de la base, le faltaba la aureola que debió ser metálica dorada, una mano y un dedo. Posiblemente fue ocultada en la pasada guerra civil para evitar su destrucción. Tallada exquisitamente en piedra de arenisca -piedra de Novelda-, en estilo barroco y de autor desconocido. Imagen que en su contemplación transmite espiritualidad, condescendencia y paz. ¡Un Jesucristo que es un símbolo de amor divino! Su origen pudo estar en alguna Casa de Misericordia o Beneficencia, aunque algunos expertos restauradores de imaginería sevillana asocian su procedencia a un Claustro monacal o Colegio religioso.

El propietario de la vivienda donde fue hallada la escultura, José Luis Fernández Aragón, tras una serie de vicisitudes que no prosperaron, la entregó al escritor José González Ortiz para que hiciera alguna intervención, terminado la imagen en su domicilio ciudarrealeño para ser restaurada y en donde ha permanecido veinticinco años. El anterior propietario, José Luis Fernández Aragón, en el lugar que ocupó la vivienda demolida, creó una sencilla capilla con una placa en la entrada que reza: “Casa capilla del Espíritu Santo, dedicada a la Santísima Virgen de la Estrella y amparo y a nuestro padre Jesús de la humildad”. Capilla que en la actualidad está cerrada al público por avanzada edad de su propietario,