
Este martes ha tenido lugar la segunda de las jornadas del juicio que la Audiencia Provincial sigue por presunto vertido de aguas residuales sin depurar al cauce del río Tirteafuera, en Argamasilla de Calatrava, en el que ministerio fiscal, acusación particular y acusación popular tratan de demostrar presuntas responsabilidades en estos hechos por parte la alcaldesa, su actual concejal de Medio Ambiente y quien le precedió en el cargo.
La jornada se ha iniciado con las declaraciones de cuatro integrantes del Seprona que participaron en las inspecciones y elaboración de diferentes atestados que, tras la primera denuncia ante la Guardia Civil realizaron vecinos de la zona ante las molestias de malos olores, filtraciones o plagas de insectos que así dijeron estar sufriendo.
Los agentes han explicado que durante sus atestados percibieron abandonos respecto a la infraestructura de bombeos de aguas residuales, vertidos por sumideros al cauce del río, presumiblemente por atascos con toallitas y otros sólidos, así como intentos por disimular la estética del suelo del filtro verde, donde se llegó a apreciar una laguna que denotaría falta de optimización del pinar, sin reposición de arbolado dañado.
A preguntas de la abogada que defiende a Jacinta Monroy y a Jesús Ruiz, uno de los comparecientes en el tribunal ha reconocido no haber accedido en ninguna de las ocasiones a la caseta de la EBAR que cobija las bombas de impulsión al aljibe que regulaba el vertido a este filtro vivo, en la estrategia de la defensa de enmendar el testimonio de que el bombeo no funcionaba.
Tras un receso han comparecido como testigos dos de los afectados. De ellos, P. L.R., que está representada en el caso como acusación particular y que fue la denunciante de este procedimiento, ha aludido al “olor nauseabundo” que durante todo el día es la principal molestia. Y que el agua de un pozo en su propiedad la emplea para lavar ropa, duchas y cualquier otra labor en la que se pueda usar.
La vivienda adquirida en 2007 y que ha dicho ser residencia habitual pese a no estar empadronada, como luego respondería a la letrada de la defensa, se ubica unos 150 metros de una “laguna fecal” en el filtro verde. Por eso, de las molestias ha dicho haber dado cuenta no solo a los acusados, sino así como al anterior alcalde, quien le habló de proyectos de depuradora que se manejaban y que sería inmediato uno.
Respondiendo también a la defensa ha dicho que junto a la plataforma se reunión con la delegación de Medio Ambiente y la CHG, pero “no nos hizo caso tampoco”.
J.M.V , el otro testigo afectado que ha comparecido hoy, ha reconocido que la zona carece de redes de agua potable y de saneamiento “por ser suelo rústico” y ha dicho no conocer a los dos concejales sentados en la sala.