
La cuarta jornada del juicio que la Audiencia Provincial sigue por presunto vertido de aguas residuales sin depurar al cauce del río Tirteafuera, en Argamasilla de Calatrava, ha centrado la vista de este jueves en declaraciones periciales. Una jornada a cuya conclusión se hace un alto para retomar el lunes, ya en la penúltima de las sesiones programadas.
La primera de las intervenciones se ha producido por videoconferencia, por parte de tres peritos del Instituto de Toxicología, encargados de analizar las muestras facilitadas por los agentes del Seprona que las tomaron y han ratificado que los resultados de las mismas se ajustan a una falta de depuración.
Tras ellos y ya como el resto de la jornada de manera presencial en sala, C. S., jefa de Laboratorio de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), ha ratificado también su informe sobre las muestras que les facilitó el Seprona y ha hecho lo propio F. T., jefa de sección en la delegación provincial de Sanidad, en el que informaba sobre los riesgos que para la salud suponen las aguas residuales no depuradas.
Entre una y otra intervención ha concurrido el ecotoxicólogo L. B., forense en el Instituto de Medicina Legal de Valencia que, además de elaborar informe realizó visita inspeccional hace tres años, en una jornada en que la sala de bombeo al filtro verde se encontraba rebosada, afirmando que vertió directamente al cauce del río Tirteafuera.
A lo largo de su profusa explicación, de hora y cuarto conforme se han sucedidos las preguntas de las partes acusatorias y de la defensa, este perito ha dicho que no se puede verter agua bruta directamente sobre cualquier filtro verde, porque afecta al funcionamiento y dice que las especies adecuadas para este sistema natural de filtrado son chopos o eucaliptos. Y ha referido que un pinar no funciona realmente como filtro verde, dejando aguas en superficie, aunque ha dicho desconocer cómo se pudo planificar en su origen este espacio.
Ha aseverado que de los indicadores de las muestras tomadas, no se descarta la presencia de virus o protozoos apuntando que, aunque se pueda tratar un río seco, todo posible vertido a su cauce afecta luego aguas abajo y degradada el ecosistema lógico en un curso fluvial sano, que es capaz de sobrevivir adaptada a carga contaminante y en el momento que desapareciera reviviría el adecuado a un ecosistema propio de cauces fluviales.
A preguntas de la defensa de los actuales ediles, se ha constatado que su inspección fue posterior a la toma de muestras, por lo que el compareciente no ha sabido precisar la situación que concurría en la zona cuando si cuando se recogieron y no ha descartado posible contaminación por pozos no estancos, escorrentías, ganados y otras afecciones de basuras, ajeno todo ello al filtro verde.
También se le han mostrado fotografías y un plano de zona para ver si podía determinar si estos documentos permitían determinar las zonas donde tomó muestras el Seprona, así como una página del informe pericial de parte y se le ha pedido si la reducción en un 30% de la superficie del filtro verde, como así se obligó, suponía menor capacidad de depuración y mayores encharcamientos.
El último tramo de esta antepenúltima sesión ha girado en torno a la presunta afección en la salud de P. L. como consecuencia de la existencia y condiciones del filtro verde. Por la parte que ejerce la acusación particular, ha comparecido L. S., médico forense y por la defensa el doctor A. M., contraponiendo ambos la posibilidad de que de la ingesta de agua contaminante pudiera resentirse la antes aludida.