Highway to Picón. Noche de rock con Autopista 312 y Steel & Beer

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¿Qué es un buen concierto de rock? Esencialmente, pasarlo bien, y eso es lo que ocurrió este sábado en Picón: dos bandas y un nutrido público pasándolo excepcionalmente. Porque era el día, era la noche, era el momento.

Cierras fuerte los ojos y creas un sueño, cierras fuerte los ojos y puedes hacer tuyo el mundo, cierras fuerte los ojos y llega la noche… y con ella el rock. Y es que los prodigios, para prosperar, necesitan oscuridad. También es verdad lo que se sueña; y nosotros habíamos soñado exactamente esto.

Súbitamente subió la temperatura aún más en este atípico clima otoñal, así que empezaremos por el final: la banda local piconera, Steel & Beer, hizo gala de su saber estar en el escenario. Potentes versiones rockeras perfectamente dirigidas por el maestro de ceremonias, David, todo un “frontman”. El guitarra solista, “Palomo”, hizo gozar al respetable con su Les Paul y sus solos, siempre perfectamente secundado por la excelente guitarra rítmica de Vicente. “Perico” y su batería dan el toque final de calidad a esta banda de Heavy de alto octanaje para buenos paladares rockeros. También Pedro se une a ellos en algunos temas con su peculiar estilo y presencia escénica. Esta banda es, sin duda, un gran lujo para esta pequeña población cercana a la capital provincial que disfrutó de esas versiones rockeras tan bien ejecutadas y que van desde Alarma a Barón Rojo, pasando por los siempre bienvenidos por estos lares, Barricada.

Antes de todo esto y como banda invitada, los ciudadrealeños capitalinos Autopista 312, que en su vuelta a los escenarios no defraudaron. Nos dejaron una esmerada muestra de canciones propias de calidad interpretadas con gran talento por la hipnótica voz de Mamer Shine; la guitarras bien afiladas y afinadas de los excelentes músicos, Marcial Cruz y Miguel Ángel Cobos; la base rítmica completada por el baterista Mario de la Peña y el bajista Javier Márquez; todos ellos empastan tan bien que seguro serán una de las bandas de referencia de los próximos años en el circuito rockero y demostraron que el “Vértigo” se puede convertir en una “Guitarra maldita” e igualmente ser el preludio de un evocador “Valle de los sueños”.

Mención especial a un público entregado y participativo que, además del local, tuvo otros visitantes ilustres desplazados desde el Foro madrileño, desde Ciudad Real capital, desde Puertollano y desde otras muchas poblaciones, y que con su presencia engalanó esta noche típica rockera.

Sí, porque como no podía ser de otra forma, fue una noche típica rockera de sexo, drogas y Rock and Roll; y es que cuando la música conquista tu corazón, es como un multiorgasmo consecutivo, como una descarga de adrenalina en vena abierta, y como un sonido brutal que emana del escenario y se reproduce, sobre todo, dentro de las cabezas. Todo junto.

Porque era el día, era la noche, era el momento.