La vaca lechera de raza frisona, que pasta habitualmente en una finca del término municipal de Argamasilla de Calatrava, será conducida a pie hasta la glorieta Virgen de Gracia acompañada de tambores y cornetas e integrantes de los grupos folclóricos, coincidiendo con el reparto de los 30.000 panecillos bendecidos.
La tradición del paseo de la vaca se remonta a siglos atrás, cuando la comisión organizadora de elaborar la comida del santo Voto que sería repartida entre la ciudadanía en la octava de la ascensión, decidía pasear desde varios días antes a una vaca con un fin recaudatorio para sufragar los gastos de la elaboración del estofado, al tiempo que se anunciaba la llegada de la fiesta popular.
Hoy día, el paseo de la vaca representa una parte de la fiesta más antigua de Puertollano, con 768 años de antigüedad, con la que se pretende poner en valor la promesa que las trece familias que sobrevivieron a la peste bubónica de 1348 hicieron a la Patrona de la ciudad.
El hecho de que según la promesa, sea carne de ternera específicamente la que forme parte del estofado a repartir se basa en la convicción de que al ser el vacuno el animal menos numeroso de la cabaña ganadera en esta zona, se le concedería mayor valor a la promesa realizada.
Por otro lado, se pensaba, que cuando estallara la peste, si se conducía un animal por los barrios del municipio, aquél recogería la peste y entonces se sacrificaba. Dicha creencia puesta en práctica dio origen al “paseíllo” de la vaca del voto, tradición que dura hasta nuestros días gracias a la iniciativa de la Federación de Empresarios de Puertollano F.E.PU.
